No
estuvimos cuando se enamoraron en su natal Villa Clara. Pero debe ser la misma
mirada de los días de conquista, sí, la que hoy él le dedica a ella, y
viceversa. Se nos antoja incluso imaginar más hermosa la de ahora.
El
23 Festival Cinemazul se congratula en recibirlos y sabe que tiene ante sí a
una dama símbolo del fotograma cubano, al intervenir en las que se considera nuestros
tres primeros clásicos: Lucía
(Humberto Solás), Memorias del
subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea) y La
primera carga al machete (Manuel Octavio Gómez). No esperó tal gloria, la
vida, siempre caprichosa, la sorprendió. El Premio Nacional de Cine 2011 fue
otra alegría.
La
cita le da también la mano a él, testigo y protagonista de la historia del
Séptimo Arte en este archipiélago, desde apenas un año después de la fundación
del Icaic. Que su película Zafiros,
locura azul se encuentre entre los mayores éxitos de taquilla es solo una
perla. Hoy pudiera sentarse a reposar,
pero un hombre de las 24 imágenes por segundo no descansa. No puede.
Igual lo hace ella que declara sin remilgos que su verbo preferido es y seguirá
siendo aprender.
La
actriz Eslinda Núñez y el director Manuel Herrera llegaron a Las Tunas y La Rendija ahora sí estuvo allí, para
escuchar sus cuitas.
A ustedes les ha gustado acompañarse de
jóvenes en sus proyectos…
Manuel: Trabajar con gente joven te despierta inquietud, la
misma que todos perdemos un poco en el camino. Cuando hice Girón a los 25 años, estaba lleno de esos sentimientos, y desbordan
a la película Con el paso del tiempo nos volvemos más cautelosos, de ahí que necesitemos
cerca a los jóvenes para que impregnen su savia y manera de analizar el momento
en que se vive. Ahora estoy haciendo un documental sobre Julio García Espinosa
y mi equipo es muy novel, porque me interesa apreciar la visión que le pueden
dar quienes no estuvieron a su lado.
Eslinda: Para mí siempre ha sido algo muy rico. Ellos vienen
con todo ese deseo de hacer, con audacia y la curiosidad lógica de la edad, y
eso te aporta. También puedo enseñarles cosas y nos enriquecemos mutuamente. Y
claro, a su lado me siento más joven.
Una máxima de trabajo imposible de
violar
Eslinda: Hacer una entrega total. Siempre he sido muy
rigurosa, seria y exigente a la hora de escoger los guiones e interpretarlos. Trato
de dar el máximo. Es sencillamente esa entrega de cada día, sin esperar
beneficios o que la obra se convierta en una excelsa. La vida me ha premiado
con que algunas de mis películas, teatros y telenovelas fueran afortunados en
el cariño del público, la atención de la crítica y de mis colegas.
Manuel: La exigencia. Exijo más allá del máximo, a todos,
incluido a Eslinda. Yo digo que no hay malas actuaciones, sino mala dirección
de actores, y trato que exista un nivel de actuación parejo, armonizado, porque
el filme debe ser como una sinfonía.
Pensemos en las urgencias del cine
cubano
Manuel: Considero que cine cubano es todo lo que se produce hoy,
no solo lo que hace el Icaic, no es como en décadas anteriores que estaba
regida por la industria, actualmente se realiza en todas partes. Por eso la
concepción tiene que cambiar, transformarse en cuanto al Icaic. Debe dejar de
ser una productora monopolizadora, para convertirse en una productora y distribuidora
que aliente el desarrollo del Séptimo Arte en la nación. Que sin dejar de filmar
cintas con interés político e ideológico, acoja, absorba, toda la producción que
se está haciendo. Hay que estimular y ayudar esas creaciones independientes.
Se
está pidiendo una Ley de Cine, y yo no sé si una ley resuelva el problema, desconfío
de los documentos burocráticos. El Icaic se fundó con un decreto ley que para
su época fue muy avanzado, trazó toda la estructuración de la producción
cinematográfica teniendo en cuenta el arte y la industria.
Cuando
uno lo lee percibe que ahí hay una ley de cine, no debemos buscar mucho más.
Claro, no está lo de las fuentes de financiamiento. Necesitamos un interés político
en el cine que provoque que todos tengamos derecho a los fondos del
financiamiento.
Eslinda, y cómo le va al personaje de
Martha (telenovela Latidos
compartidos), ¿le solicitan mucho en la
calle que presagie futuros?
Una
cantidad de público tremendo me lo pide y yo le digo: “Hoy no estoy inspirada, el
día es el sábado”. Al inicio Martha no me atrajo porque no tenía grandes
momentos dramáticos. El guion sí me gustó porque era diferente, profundo y serio.
Pero
poco a poco fui encontrando el personaje, basado precisamente en esa cosa
mínima, cotidiana que posee, de ser una mujer muy simple, madre de tres hijos,
cuyos problemas son de ella también; su interés de ayudar a la gente, de compaginar
con el marido ante el cual se da a respetar. Traté de hacerla muy mesurada, una
Martha humana.
Manuel, en una entrevista dijo que la
vida al lado de Eslinda se le había ido muy rápido. Y ese amor, ¿cuál virtud ha
alzado más alto?
(Es
aquí cuando ella no se aguanta y le tira besos y los ojos de él la miran como
le digo, lector, más hermoso que nunca.)
Manuel: Sin dudas, ella. También ha sido fundamental comprendernos
y ayudarnos en las necesidades del otro, en lo que cada uno quiere y debe
hacer. Por ejemplo, en Zafiros… Eslinda
no trabaja, pero ha sido la película en la que más consejos me dio.
Eslinda: Para mí la virtud ha estado en que todos los días
son diferentes. Hay que alimentar el amor, y crecerse ante cualquier dificultad
o situación cotidiana, porque la vida es compleja.
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