jueves, 27 de noviembre de 2014

La carga divina de Ernesto

El seminario San Basilio Magno en Santiago de Cuba lo vio siempre cercano al teatro. Estudiaba el tercer año de Filosofía en la carrera de sacerdote cuando descubrió que aquel camino de entrega absoluta a Dios no era su vocación; dentro, muy dentro y sin remedio, le palpitaba un idilio entre las tablas.
Al otro día de haber vuelto a casa, fue contratado por el Consejo Provincial de Artes Escénicas para integrar el proyecto humorístico Agencia Loca. Todo empezaba a tener sentido, cómo de niño le ponía voces a sus soldaditos y era el más brindado para los matutinos de la escuela; cómo resguarda entre lo importante haber visto a los nueve años Cecilia Valdés en el Teatro Tunas por el Lírico Nacional. 

Pequeños destellos de futuro que lo prepararon para que un buen día, por los caminos más insospechados, su destino lo encontrara. Ernesto Parra lo sabe: él no llegó al teatro, el teatro fue quien lo escogió, quien lo halló para ayudarnos a poner frente al espejo nuestra humanidad.

Hoy es actor-director del grupo que ha sacado al payaso de las mazmorras del mercantilismo y el seudoarte, obsequiándole la reivindicación de todo mal. En esa defensa, el elenco ha ganado los premios más prestigiosos del país, como el Caricato (2006) y el Villanueva de la Crítica (2012), además de casi una decena en el Festival de Camagüey. Ante Teatro Tuyo ya no se puede guardar silencio.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Fernando y la sorpresa del abracadabra


De niño se la pasaba intercambiando truquitos con sus compañeros de clase. “Así aprendí varios números, pero en aquel momento era por gusto, porque no había desarrollo de la magia. Todo cambió cuando llegó el mago Píter, hizo una convocatoria, éramos 144 y aprobamos 14. De aquel primer grupo solo quedo yo en Las Tunas. Entonces tenía 22 años”.
Cuenta sus inicios el ilusionista Fernando Rodríguez Vázquez, integrante junto a su esposa, Yanisbel Téllez, del dúo Los Dóbel (apelativo que sale de la unión de la última sílaba de sus nombres), muy premiados en los festivales Ánfora por la creatividad y el acabado de las presentaciones. Aunque debemos aclarar que de dos, han pasado a ser tres. 
“Cuando yo iba a trabajar, ponía los materiales y equipos sobre la cama, y mi niña viendo cómo preparaba los números, se ponía frente al espejo a ensayar y así de esa manera tan natural se ha adentrado en este mundo”. 
La familia “Dóbel” anda siempre junta para arriba y para abajo. La unión entre sus miembros y el apego al hogar han sido el aliciente para luchar desde aquí por la compañía Huracán Mágico, y no escuchar propuestas en otras provincias o países. “Soy muy familiar, casero, salgo de gira y a los tres días quiero regresar”.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La Fuente de Las Antillas quiere volver a la vida

en coautoría con Bárbara Carmenate Hernández (Crítica de Arte)


Preocupados andan los tuneros ante el estado deplorable que hoy muestra la Fuente de Las Antillas, obra escultórica más relevante de nuestra provincia, que ya forma parte de su identidad cultural y ha devenido símbolo de la localidad. Su creadora, Rita Longa Aróstegui (La Habana 1912-2000) fue una insigne creadora, cuya vasta carrera le confirió en 1995, el Premio Nacional de Artes Plásticas. 
La Fuente… está ubicada en una explanada entre dos importantes arterias viales, la avenida Vicente García y la calle Lucas Ortíz, muy próxima a las márgenes del río Hórmigo. Se integra armónicamente al paisaje circundante, presidiéndolo desde el punto de vista estético. 
Su inauguración oficial ocurrió el 24 de febrero de 1977. Ese acontecimiento abrió las puertas al III Encuentro Nacional de Escultores y al Movimiento de la manifestación en Las Tunas, un hecho cultural que ya cuenta con 37 años de existencia.
Esta creación de Rita representa la leyenda del Cacique Jaías y el surgimiento de Las Antillas contada por el cronista de Cristóbal Colón, Pedro de Anglería, a través de cuatro figuras humanas detenidas en difícil equilibrio que tratan de alcanzar la calabaza: símbolo del mito. La india taína, cuerpo femenino que yace sensual entre elementos marinos, simboliza la isla de Cuba.