Sentada
en el balcón, con la mirada y el cuerpo reposados, deja que las imágenes vaguen
a todo color en su mente. La 48 Jornada Cucalambeana se despidió hace pocas
horas, el primero de julio, pero no puede evitar esa suerte de largometraje que
ahora mismo su memoria proyecta.
Ve
a las artes plásticas alzarse como abanderadas. Percibe mayor calidad desde lo
tradicional y artístico en la muestra, como el Salón de Paisaje, Artesanía y
Décima Ilustrada, en el que triunfaron, respectivamente, los tuneros Ángel Luis
Velázquez, Ismari Milanés González, y el dúo conformado por Antonio Luque y
Martha Cruz Hernández.
Lo
diverso le perteneció esta vez a la manifestación, y para alegría de todos, lo
perpetuo también, gracias al mural de Jesús Vega Faura (Las Tunas), inspirado
en las historias de su ciudad, y el de Rogelio Fundora (Mayabeque), de manos de
la Flor deBirama.
Se
unió con ribetes mayúsculos, a pesar de no pocos contratiempos e
insensibilidades, la ambientación del restaurante El Colonial, realizada por el
consagrado artista Nelson Domínguez, quien tuvo la colaboración del escultor
habanero Sergio Fernández.
La Jornada continúa su recuento y escucha las gracias de México
y Ciego de Ávila por la dedicatoria (Vea más sobre lapresencia avileña). El país de Benito Juárez llegó con una delegación
bastante completa, que dejó experiencias de los afanes por preservar su patrimonio
musical; mientras, la provincia invitada abrió las puertas para futuras claves
de trabajo conjunto, como lo demostró la exposición de artesanos de casa y
avileños. El poeta Raúl Ferrer, en el año de su centenario, también tuvo la reverencia
en un acercamiento teórico enjundioso.
No
se detiene el ir y venir de los fotogramas ante los ojos del guateque mayor.
Sonríe cuando visualiza el rostro de la juventud, bien definidos en sus dos
principales certámenes.
Con
el cuaderno Extraños ritos del alma.
Antología de voces en la niebla, el novel autor tunero Yunior Fernández
Guerra ganó el Concurso Cucalambé en Décima Escrita. La temática del suicidio
late como hilo conductor de las páginas. “Conversando con un amigo me di cuenta
de que la mayoría de los escritores que había leído, todos se habían suicidado.
Pensé qué puede impulsar a tomar la decisión de quitarse la vida”, comenta Fernández
Guerra.
El
estudio de cada personalidad antecedió a la consumación del texto. “Es mi
homenaje a ellos. Resulta un libro bastante oscuro, pero era la inquietud que
yo tenía, y debía sacar eso afuera”, concluye.
Sindy
Manuel Torres, de Pinar Río, por segundo año consecutivo venció en la
competencia de repentismo Justo Vega (Lea otros detalles del concurso), que festejó dos
décadas de quehacer. “El verso improvisado se ha desarrollado en las jóvenes
figuras y la décima goza de un discurso bastante coherente y profundo.
“Ya
no se trata solo de los poetas consagrados. Aquí todos hemos hecho lo necesario
para responder a los temas con la seriedad que merece la tradición y la
poesía”, expresa Sindy Manuel, quien con esta victoria suma tres las ocasiones
en que ha subido a lo alto de la lid.
Varios
de los premiados en convocatorias anteriores estuvieron presentes. Noel Sánchez
Acosta, de Matanzas, el primer vencedor, integró el jurado.
“La
final estuvo muy bien. Siguen participando muchachos con tremenda calidad en el
género y ahora se consiguió buena representatividad. Hubo una época en que
dejaron de venir, pero luego surgieron nuevos talentos y hay un renacer”.
Varios
creadores encuestados sugirieron al concurso elevar el rigor y el lirismo de
los temas y pies forzados.
Las
imágenes de los lauros no quedan ahí. Igual ve pasar la guirnalda de Rigoberto
Fernández Castillo (Ciego de Ávila), autor del título Discurso del aprendiz de Sísifo y Confesiones de un náufrago, victorioso
en la justa de nacional de glosa Canto alrededor del punto; y la de Ronel
González (Holguín), triunfador en el concurso de décima humorística.
Los
retratos en su memoria la hacen congratularse por otras buenas noticias: presencia superior de los artistas aficionados
de las cucalambeanas de base y municipales; la actuación en los barrios de las comitivas
extranjeras, el intercambio entre culturas, la elocuencia de la niñez en el
respeto y cultivo de la tradición campesina,
y la fiesta que significó celebrar donde mismo nació, los 35 años del tema La caldosa de Kike y Marina, demostrándose que las buenas ideas no
son tan imposibles.
PELÍCULA EN GRISES
Los
tonos brillantes se despiden del repaso, y no sabe cómo, aunque sí por qué, la Jornada respira grises. Ya
no sonríe, no ve una película silente, pero sí una en blanco y negro, bastante palidecida.
Y
es entonces que rememora el poco público en El Cornito; piensa en las
recomendaciones de todos los jurados, a excepción del “Justo Vega”, de promocionar
más las convocatorias para una mayor participación; y muere de la vergüenza si las
evocaciones le hablan de los maltratos a los artistas aficionados en el
alojamiento, disgustos que crecieron con la no realización esta vez de la
competencia de danzas campesinas.
Igual
le conmueve la endeble gestión en favor de la espinela escrita, como bien
dijeron en su encuentro miembros de los grupos de decimistas cubanos. Sigue
hondo el desbalance al comparar los espacios del repentismo. No se trata de
quitar, sino de respetar más a la primera.
Ese
panorama llega al exceso de incoherencia al confirmar el festejo lo que ya
sospechaba: los libros ganadores del “Cucalambé” 2014 aún no han visto la luz.
Por tercer año consecutivo existen irregularidades al respecto.
El
Coloquio Iberoamericano de la
Décima y el Verso Improvisado deberá ser más exigente en la
aceptación de las investigaciones, y atraer nuevas búsquedas y enfoques. (Conozca información sobre este foro).
El
repertorio de las galas urge actualizarlo, contemporanizarlo, es alarmante que el espectáculo dedicado al bardo
tunero se quedara tan debajo de las expectativas de todos. A pesar de los años,
la maestría en esas funciones artísticas sigue mostrándose esquiva.
De igual manera, el primero de julio, fecha del
cumpleaños 186 del cantor de Rufina, muy poco hicimos en su nombre, cuando
debió ser un día de total celebración. Por los anfitriones, de manera elegante
y culta, salvaron la honrilla la
Filial de Escritores de la Uneac.
A la actividad asistió el Ministro de Cultura, Julián
González, quien conminó a defender el legado cucalambeano, a hacer de él una
bandera de resistencia de las tradiciones, explotando las muchas potencialidades
que conviven aquí, para luego llevárselas al público y ganar en sentido de
identidad y compromiso con los valores autóctonos.
Habló
del mantenimiento de la cubanía, y eso quiere la Jornada, mirarse en dicho
espejo, no a media luz como ahora lo hizo, sino con el Sol en la cara, de
frente, sin temor.
Comienzan
a surgir ideas para la convocatoria que marcará el medio siglo de la Cucalambeana. Hasta
entonces hay mucho por discutir y analizar, quizás reducir levemente la
cantidad de días, concentrar la calidad y las invitaciones pueda ayudar a la
organización, el efecto cultural y el mejor empleo de los recursos. Aunque
parezca solo asunto del sector artístico, nada más lejos de lo cierto, pensemos
que en sus raíces respira nuestra identidad, y eso, vale cualquier esfuerzo.
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