Dice el administrador del Periódico que en
mi condición de tutora debo escribir cada tres meses una evaluación de ella, hasta
que complete los dos años de Servicio Social. Las líneas que siguen se alejan
de los párrafos famélicos y borrachos de formalidad que él seguramente espera
como respuesta a su solicitud. Me gustará ver la expresión de su cara cuando me
diga: “Zucel, esto no fue lo que yo le pedí”.
Zoilita (a la derecha ) Yarisbet y yo en el centro, en un día de cobertura |
Septiembre la trajo. Nunca había llegado
con el noveno mes. Solo enero y junio tenían ese privilegio. Ahora es
diferente, no iba a estar por 15 o 30 días, vino para quedarse, y me costó un
poco acostumbrarme a la idea, pues su presencia resultaba la prueba irrefutable
del paso del tiempo.
Caigo en la trampa del recuento. Parece que fue ayer cuando llegó aquí
por primera vez, y ante mi inquietud por sus aspiraciones contestó: “Usted debe
saberlo, nosotras vinimos a trabajar”. Y yo escuché su USTED, y me dije: Zucel,
ahora vas a pagar todo el "mal" que has hecho, diciendo USTED a
diestra y siniestra, "ofendiendo" a tantos que me pidieron desterrar
el término por creerlo anticuado o por "hacerlos” viejos, cuando en casa
me enseñaron que era buena educación.
Así conocí a Zoila Pérez Navarro. Ella,
junto a Yarisbet Jomarrón, fueron mis primeras alumnas. Apenas habían
transcurrido unas horas de enero del 2010 y me inauguraba como tutora de las prácticas
estudiantiles. Siempre había estado del otro lado, con los nervios y la
curiosidad desbordados, deseando aprender, confirmar la vocación, ver mi nombre
publicado. Pero ahora miraba desde la acera del frente, desde el lado en que no siempre encontré
comprensión, pero bastaron unos pocos buenos ejemplos para optar ser como
ellos.
Intenté guiarlas en todo, no solo en lo
concerniente a la redacción periodística y el complejo titular. Reflexionamos
mucho sobre el trabajo con las fuentes, la censura, la autocensura, la
responsabilidad de dar una información; les hablé de la necesidad de leer, ver
buenas películas; quise saber de sus ambiciones, intereses, y yo les confesé los
míos. Les dije que un buen periodista necesita tener criterio.
Una noche de ballet y de mucho trabajo y nervio para las nenas |
Compartí con ellas mi más elementales
reglas de oro: no se habla de lo que no se sabe; no se dice lo que no se ha
confirmado; investigar constituye el pan
nuestro; es imprudente escribir el mismo vocablo cuando existe algo llamado
sinónimo; y lo hermoso no está reñido con lo sencillo.
Hablamos de la familia, el amor, el
desamor, las desilusiones, las ilusiones. Les dije que no bastaba con ser un
buen periodista, también había que ser
una buena persona, sobre todo sensible, para darle valor a los detalles. Les di
la oportunidad de probarse; caminaron solas, aunque las vigilara desde lejos;
publicaron la mejor versión de su redacción así necesitaran intentarlo 500
veces y la noche nos sorprendiera en esa búsqueda.
Zoli junto a Yela, otra compañera de trabajo, juntas en 26 |
Por supuesto, hubo chance para el recreo,
comimos helado, nos reímos juntas y muy pronto dejamos de ser extrañas. Después
de aquel enero, Yarisbet casi no volvió, pero Zoilita siempre se presentó, y
aunque no estuviera de prácticas en el Semanario, nos mantuvimos cerca.
Me daba gusto ver sus avances, sentirme
parte. Ver cómo el 'usted' bajaba la guardia y la amistad imponía su estatus.
Así llegaron los días de despedirse de la Universidad , y de otra
vez tocar las puertas del Periódico, pero ya no como estudiante, sino como toda
una periodista graduada.
Y en ese capítulo estamos. Ella toda avivada
y dispuesta, y yo, conmovida por su
presencia. Ahora 26 me parece un lugar más acogedor. La
juventud sigue creciendo aquí, las últimas "compras” de nuestro club han
sido muy valiosas, gente buena
realmente, y Zoilita viene a subirle la temperatura a esa racha ganadora.
Junto a sus padres el día de la discusión de su tesis |
Poco meses ella ha necesitado para
demostrar lo que muchos sospechaban y yo confirmé muy temprano, tiene madera de
triunfadora esta muchacha; su iniciativa, creatividad, decisión, criterio,
valentía, laboriosidad y sentido de la profesión la empinan a cumbres
superiores.
Oiremos hablar de ella, se los aseguro. Y
más ahora que aprendió a poner títulos jajajaj (¿te acuerdas de nuestras
batallas campales en busca de uno?). Tengo otra amiga en 26, otra colega de respeto y ya ando buscando tema para volvernos
locas juntas.
La discusión de su tesis de graduaciónsobre el tratamiento del género en el Periódico nos dejó a todos con un
torbellino en la mente, pensando en cuán estereotipados somos, cuántos amarres
nos ponen los tabúes y el desconocimiento.
El sector de la Salud la tiene ocupada desde
su incorporación, mañana puede ser otro trozo de la realidad, y dentro de un
tiempo quién sabe. Lo que siempre estará constante es su necesidad de ir hasta
el fondo en cualquier asunto, la sinceridad y limpieza de espíritu, aunque ello
le cueste algunos tragos amargos. Yo lo sé.
Octubre le trajo su primer salario y a
pesar que no me invitó a comer helado, Zoili, gracias por la oportunidad de
compartir tu tiempo. Feliz porvenir. (No me vayas a matar por las fotos, please).
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