miércoles, 1 de febrero de 2017

Payasos para curarte mejor (+Fotos)

No creo que Cristian o Marcelo olviden el día que inició como otro cualquiera y terminó siendo uno a todo color. La rutina de los ejercicios en la Sala de Rehabilitación del Hospital Pediátrico tunero dejó de repetir “arriba, abajo”, para ir en busca de unos amigos medio alborotados, pero con un corazón inmenso.
Cristian y Marcelo formaron parte de la comisión de recibimiento y… de juego también, por supuesto. Ante sus ojos y de los otros infantes que allí sienten alivio a sus dolencias, estuvo una avanzada del grupo de 30 valientes sensibles que se forman actualmente en Las Tunas como payasos terapéuticos. En un dos por tres entró más Sol por la ventana y las sonrisas lucieron rozagantes.

El taller goza de la singularidad de que la mayoría de los alumnos son profesionales de la Salud. Lo convocó el Minsap, específicamente la Dirección de Rehabilitación y las clases corren a cargo de profesoras miembros de la prestigiosa compañía La Colmenita.
“Ahora culminamos la semana del curso básico intensivo, pero la formación continuará por otros dos meses, durante los cuales los alumnos tendrán que realizar sus prácticas en el Pediátrico, el Hogar de Ancianos o el Centro  Psicopedagógico.
“La expectativa es formar en Las Tunas un colectivo fuerte, que sea capaz de crecer. Aquí tienen la potencialidad del trabajo de Teatro Tuyo, defensor del clown, cuyo acompañamiento puede resultar decisivo para que el equipo de esta localidad sea el mejor de la Isla”, explica Aniet Venereo, líder de la iniciativa. 
De las clases lo primero fue que cada discípulo encontrara su payaso interior, a partir de las características individuales, para no parecerse a nadie. Esa construcción demora y se alimenta de las experiencias diarias. Entre el conocimiento restante estuvo comprender que a este personaje no le puede faltar sensibilidad, higiene, y las capacidades de asombro y de hacer contacto con los otros seres humanos.
Pero… ¿por qué profesionales de batas blancas se aventuran a encontrar su propio ser de nariz roja?
“Básicamente atiendo a niños, ese es mi mundo. Soy fisioterapeuta y me atrajo la idea de unir la payasoterapia con la rehabilitación. Ha resultado una experiencia increíble, espectacular, me han enseñado cómo animarlos en el momento de los ejercicios, cuando les causamos dolor.

“La vestimenta de payaso nos acerca a ellos, nos hace menos agresivos ante sus ojos y podemos apoyarlos más en el proceso de sus enfermedades y los temores que vienen aparejados.  Siento que ahora estoy completo, encontré lo mío”, confiesa el joven Carlos Alberto Ríos Martínez. Vive en Delicias, Puerto Padre y labora en el policlínico Rafael Izquierdo.
La psicóloga Danays Remedios Viera se graduó hace cinco años. Dice que le era difícil imaginarse de zapatos grandes, traje multicolor y accesorios exuberantes, pero pensándolo mejor, “entendí que me iba a aportar  herramientas para poder atrapar la atención de mis pacientes menores. A veces es complicado llegar a ellos.
“Trabajo en el policlínico Manuel (Piti) Fajardo y nos relacionamos con las casas de Abuelos y de Niños sin Amparo Familiar, junto a los centros Renal y de Diabéticos. En todos puedo probarme.
“Es un medio efectivo para romper la barrera que impone la bata blanca, con su porte de seriedad; y una vez abajo 'el muro', llegar más rápido al corazón de la gente y emplear todo el arsenal psicológico”.
Uno de los objetivos de los talleres es animar la manifestación en el Oriente del país, donde ya Santiago de Cuba se alza como un referente. En el curso impartido aquí participaron tres estudiantes de Guantánamo y Holguín, además de varios instructores de arte.

La labor de los payasos terapéuticos se basa en los probados efectos positivos de la risa, al permitirles a los enfermos liberar el estrés. Marcelo y Cristian, que no levantan ni un metro del suelo, saben de lo que hablo. 



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