miércoles, 1 de abril de 2015

Los Aztecas del Balcón avanzan en su conquista



Tienen solo un año y pocos meses de vida y ya arrastran tanto público como si fueran consagrados del proscenio. A primera vista hay algo a su favor: cantan música mexicana, que es como decir en el Oriente cubano, “pan caliente"; pero una segunda mirada nos permite descubrir más: son niños con gran fuerza interpretativa y gracia artística, que poco a poco avanzan en su ejecución y desenvolvimiento escénico.
La compañía Los aztecas del Balcón nació a finales del 2013 y su padre, Adalberto Garcés Viamonte, conductor hace cinco años del popular espacio Ecos de México de la emisora provincial Radio Victoria, jamás pensó llegar tan lejos.
“El proyecto es sin dudas, hija del programa. Los niños empezaron a escribirnos y  comprendí que había que hacer algo por esos muchachos. Convocamos a un concurso de interpretación y participaron 80 infantes, no solo de Las Tunas, sino también de las provincias vecinas Camagüey y Granma. Llegaron a la final 15 pequeños, y con ellos hicimos la agrupación, en la que hay un granmense", comenta Garcés Viamonte.
Con el empuje de los noveles cantantes y sus progenitores, así como el apoyo de diferentes organismos, el elenco ha logrado vivir disímiles experiencias, llevando sus temas hasta comunidades rurales, pelotones cañeros, instituciones y disímiles localidades tuneras. La popularidad ya dejó de ser una quimera. 

“Tenemos un corto tiempo de existencia, pero ha sido muy intenso, de mucho trabajo y preparación por parte de los integrantes, pues ellos no tienen formación musical, solo talento. Avanzan gracias a las lecciones de una instructora de la casa de cultura Tomasa Varona, en esta ciudad".
La educación no se queda en el pentagrama. “Siempre digo que esta compañía es una escuela, no solo para formar una disciplina en los niños, sino también en los padres. Tenemos dentro del grupo un psicólogo y contamos con dos médicos pediatras que ofrecen atención directa. Yo imparto clases de dicción, articulación, y ética, y nos preocupamos por el panorama familiar de cada uno, pues algunos sufren problemas muy difíciles".
Cada semana en la “Tomasa Varona” la agrupación ensaya, su rigor artístico  comienza a cosechar frutos. Este año entraron tres miembros a la escuela vocacional de arte El Cucalambé y recientemente presentaron su primera producción discográfica independiente, México en mi corazón, realizada con la ayuda de la organización solidaria Holanda ProCuba.

Y los sueños no quedan ahí. “A mediados del 2015 pensamos filmar un DVD con los niños cantando en escenarios rurales, en labores de campo. Nuestro gran sueño es hacer una película que refleje la realidad de estos pequeños, no solo para mostrar sus habilidades vocales y su preparación, sino cómo viven, cómo son en el barrio y los conflictos del hogar. Hacer una película que deje importantes mensajes a las nuevas generaciones, de humildad y solidaridad".
Viamonte lo sabe, esta historia apenas comienza, pues si se creía que la música mexicana era cosa antigua, ahora él y los suyos han demostrado lo contrario. 

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