Pensaba
que mis frases de elogio serían las únicas que se dirían porque a este colega
bisoño hay que reconocerle su sensibilidad, capacidad de trabajo y sentido para
encontrar historias y contarlas desde donde mejor se puede ver la complejidad y
hermosura de la existencia, el rostro humano.
Pero
no, él terminó la entrevista, o mejor dicho, nuestra conversación, diciendo que
yo lo había inspirado mucho y que cada viernes me lee en el semanario 26 para buscar ese aliento. Entonces, fuimos dos cazadores cazados.
Tuve así otra razón para sentir el orgullo que hace tiempo me nace por las más
noveles generaciones de periodistas tuneros (de las que felizmente soy parte),
alejadas de posiciones de rivalidad entre unos y otros, y con su más excelso
trono en el compañerismo. Buen futuro se vislumbra desde ese encuadre.
El
diálogo sucedió minutos antes de comenzar el acto provincial por el Día de la Prensa Cubana. Sin importar
el ambiente festivo, debía conseguir hablar con este joven espigado del
telecentro TunasVisión, porque faltaban pocas horas para que le entregaran en
la capital nacional el Premio de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, en
la categoría televisiva.
Lo
que Gianny López Brito no sospechaba es que mis motivaciones no estaban solo en
el lauro convocado por la dirección nacional de la Asociación HermanosSaíz, sino en el deseo que tenía, desde mis preguntas, de agradecerle su
entrega y la conciencia que se ha logrado formar sobre la responsabilidad
social de nuestra profesión, a solo dos años y medio de haber salido de las
aulas universitarias.
Gianny
concursaba por tercera vez en ese certamen, en la primera era aún estudiante,
en la segunda se estrenaba como trabajador. Pero solo ahora, en la tercera,
como caprichosa comprobación de cierta "ley" del destino, su nombre
luce entre los galardonados.