¿Quién sabe cuántas personas hay en San Carlos de la Cabaña este viernes? Con
seguridad ese guarismo se desvanece entre miles de visitantes que desde el
pasado 12, día inaugural, buscan las novedades literarias y las opciones
culturales de la 24 Feria Internacional del Libro, en su capítulo habanero.
Justo hoy, en alguna de las salas de la otrora fortaleza
militar, la editorial Sanlope presenta seis textos. Ojalá, no pocos lectores de
esos millares obvien el casi siempre veleidoso cartelito “de provincia” y se
aventuren a escucharla. Si lo hacen, encontrarán un sello que, luego de
desgastarse entre el blanco y el negro de sus cubiertas, ha entendido que la
cuatricromía y los diseños atractivos no son una opción, sino los tonos
obligatorios de esta época.
Hallarán una casa editora que hasta el último momento estuvo
con el “creo en la boca”, porque los insumos no llegaban a su taller, y sin
ellos muy poco se podía hacer. Por eso los títulos previstos cambiaron una y
otra vez, y aunque varios periodistas tuvimos que “redecirnos” con bastante
frecuencia, alentaba el hecho de que la Sanlope siguiera anunciando su presencia. Y lo
logró
Asiste con tres textos de poesía, todos traspasados por
delirios de mujer, por la vida, la muerte, el amor, la violencia cotidiana, la
insularidad y una poderosa invocación a la ternura. Odalys Leyva rubrica dos de
ellos, El Apocalipsis no niega las palomas y Fantasmas insulares, y el tercero
llega de manos de María Liliana Celorrio, con su Madame La Gorda.
La literatura infantil descorre su telón de fantasía gracias
también al encanto femenino, en las voces de dos damas que mucho saben del
valor de las palabras. Maritza Batista, profesora universitaria, es la autora
de Cuentos enanos, y Graciela Guerrero, periodista, nos regala el poemario
Sonrisas de caracol.
Completa la comitiva José Alberto Velázquez, quien apegado a
la narrativa ofrece Gestos brutales, marcados por la ingeniosidad, el erotismo,
el humor crítico, la intertextualidad y el suspense. Se integran al volumen
cuentos cortos de diversos personajes, otro de los atractivos de una
publicación que agrupa 22 relatos.
La comparecencia tunera en la multitudinaria cita no queda
ahí. Poco después de la apertura, el proyecto Encaminarte, editorial cartonera
que impulsa la
Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el territorio, marchó hacia
la capital cubana para participar en el V Encuentro de Jóvenes Escritores de
Latinoamérica y el Caribe. Mostraría varias de sus propuestas, entre ellas, el
minilibro Los epigramas malditos de Carlos Esquivel, en una reedición ampliada
de ese exitoso título.
Además, Acirys Espinosa, editora de Sanlope, estuvo en el
intercambio de su especialidad que auspicia la Feria , y dos trabajadores de la Biblioteca Provincial
José Martí, Pável Leyva Martínez y Yolexy Fernández Ávila, expusieron sus
experiencias en el Encuentro Científico Bibliotecológico Internacional, también
organizado dentro del gigantesco evento.
La 24 edición está dedicada a la India como país invitado de
honor, y a los Premios Nacionales Olga Portuondo Zú¬ñiga (de Historia 2003,
Investigación 2006 y Ciencias Sociales y Humanísticas 2010) y Leonardo Acosta
(de Literatura 2006 y Música 2014).
El próximo domingo, cuando este convite diga adiós a La Habana y empiece a itinerar por el país, la Sanlope volverá a casa, se
tomará unos minutos, y sin mucho regodeo enfrentará los días duros que le
esperan en la impresión y encuadernación de todos los libros que debe alistar
para la edición provincial del festejo literario, por celebrarse del primero al
cinco de abril. Si antes de esa fecha ha logrado terminarlos podrá decir que ha
ganado la guerra. Lo de la
Cabaña ahora, fue solo una batalla.
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