jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Versión tunera del "paquete"?



Ariel Sotolongo García es una de las tantas personas que en la provincia se dedican a grabar memorias, vender el "paquete semanal", quemar discos, junto a otros servicios como la impresión de documentos. Dicho así, pareciera que no posee algo novedoso para contar. Pero lo tiene, porque este Licenciado en Derecho, desmovilizado del Minint, anda soñando su propio paquete de información, uno de alto valor cultural, sobre todo de Las Tunas.
¿Un copiador que se preocupa por lo que sus usuarios copian?
"Desde el inicio, además del derecho de autor de los materiales, me preocupó lo que la gente consume, por eso analizaba la información en mi poder y hacía una selección; tampoco discriminaba tanto, porque no creo que el interés por determinado producto desaparezca eliminándolo, sino proponiendo algo en su lugar. Todos hablan del "paquete", pero casi nadie se dispone a ser la contraparte.

"Aunque he pasado buena parte de mi vida en otras provincias, me siento tunero y me molesta que este territorio se vea a sí mismo como poca cosa y no crea en sus valores. Por ahí vino mi afán de brindar información local. Apenas estoy iniciando en el contacto con las instituciones y personas que considero pueden aportarme en ese sentido.
"Brindaré el servicio de manera desinteresada, lo hago con el fin de promocionar la creación, no quiero dinero a cambio. ¿Cómo se entiende eso? Digamos, usted viene a copiar una película, yo se la cobro, pero no lo que le voy a proponer, que quizás sea el último video clip de cualquier agrupación tunera, el PDF de la versión impresa de 26 o la programación cultural del mes".
En estos momentos Ariel intenta materializar, a través del arrendamiento de un espacio en la librería Fulgencio Oroz, el café literario que contará con una computadora para copiar documentos sobre las letras. Ese sería el primer paso para llegar a un escaño mayor, el Ciber Café, donde se pueda encontrar referencias de las más variadas temáticas, en especial del Balcón de Oriente.
A Sotolongo García le gusta laborar en equipo, y el hecho de que se le ha dado bien asociarse con otros para responder a los pedidos de diversas empresas en los restantes planos de su negocio, lo ha llevado a caminos muy singulares como postales y agendas ilustradas con el pensamiento martiano.
"Queremos elaborar productos de alto valor cultural. Ya hemos hablado con la dirección de Patrimonio para diseñar y realizar una revista digital sobre ese universo. También concertamos con la editorial cartonera de la AHS, Encaminarte, para juntos conformar una agenda que recreé el Diario de Campaña del Apóstol, dando el aire antiguo y con fragmentos del texto."
El hombre de La Edad de Oro no deja de motivarle encuentros. "Estamos organizando una exposición con carteles sobre la obra del Maestro. La protagonizan artistas de aquí, poco conocidos, precisamente para ayudar a visualizarlos".
Evidentemente Ariel y quienes lo acompañan saben muy bien lo que quieren. "Tratamos de demostrar que un trabajador por cuenta propia, con el escaso margen legal y de recursos a su alcance puede alejarse de lo mercantilista".
Y si le parece poco lo dicho, lea esto: "Somos un grupo que aguarda por la aprobación para convertirse en una cooperativa no agropecuaria. No estamos esperando a que nos digan sí, para ponernos a proyectar cuál va a ser el objeto del negocio. Con la cooperativa podemos legalizar mucho más nuestra actividad".
El entrevistado de La Rendija cursa una Maestría en Administración de Negocio, aspira a integrar la Asociación de Comunicadores Sociales y cuando habla de fundar una empresa el rostro se le ilumina, como quien no le teme al reto. Contagia su disposición y avidez emprendedora.
Hace cinco años empezó en las lides del cuentapropismo, y la pretensión es integrarse armónicamente a la sociedad, pero a veces no resulta tan fácil. "Considero que el trabajador por cuenta propia está desatendido y desamparado en varios aspectos. Hay problemas que se pueden solucionar localmente, tengo conmigo como trofeo la única factura de insumo que he podido lograr".
Frente a la taquilla del teatro Tunas, todo el interesado en colaborar con el proyecto de Ariel y los creativos a su lado, podrá encontrar la sede. Allí está la génesis de un plan que bien pude ilustrarnos de las potencialidades culturales aún no desplegadas ampliamente por el sector privado, importante sobre todo, en un territorio cuyas instituciones del arte no han sabido posicionar y a sus mejores baluartes. Sigámosle la huella a esta microexperiencia.

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