jueves, 12 de febrero de 2015

¡Qué viva Celina!

La Reina del Punto Cubano en una Jornada Cucalambeana acompañada
de Inocente Iznaga, El Jilguero de Cienfuegos.
Bendita, realmente bendita puede sentirse Las Tunas: Celina González (Matanzas, 1928), la Reina del Punto Cubano, paseó por aquí esa nobleza de campo que nunca perdió a pesar de las lentejuelas del éxito; aquí alzó su potente y colorida voz para sentir a este país salir por sus labios.
En cada visita dejó amigos y admiradores que lloran su partida física, acontecida el 4 de febrero pasado. Sin embargo, la tristeza no le va a un ser tan intenso como ella, por eso, mejor congratulémonos con la oportunidad de haber compartido su tiempo. Precisamente, a eso invitó la Casa Iberoamericanade la Décima este miércoles 11.
Asistieron al conversatorio homenaje escritores, promotores, periodistas, músicos, repentistas, investigadores, directivos, trabajadores del sector y tuneros seguidores de su obra. A todos, el mismo llamado: “Hablaremos de Celina, pasa por allá”. Y con la misma naturalidad de la invitación, llegaron las anécdotas, sin necesidad de tribunas o micrófonos.
A veces se trató de un instante, un mínimo instante a su lado, pero suficiente por la connotación para tacharlo de inolvidable. El poeta Antonio Gutiérrez tuvo la ventura que sus décimas Donde cuelgo la brida una vez musicalizadas, la gran intérprete las cantara. Un día, en el recinto ferial Expocuba “se me acercó y me dijo: Usted es el del caballo”, en referencia a la composición. Verla así tan diáfana y cercana fue para él muy emotivo.

La nueva generación quiso dedicarle también 
su canto a Celina.
En otros minutos el recuerdo trajo argumentos de por qué la Premio Nacional de Música del 2002 lleva ribete de patrimonio, de gloria. Carlos Téllez, poeta y director de televisión, comentó que injustamente solo la relacionamos con el espectro campesino, pero su poderoso timbre y gran capacidad vocal le permitió pasearse con soltura por diversos géneros. Su legado es tal que “debemos incluirla entre las más grandes cantantes nacionales”.
No faltaron historias de cómo supo entender el valor de la renovación. Por eso cuando aquí escuchó un arreglo con aires más contemporáneos de su himno Yo soy el punto cubano, la respuesta de ella fue la felicitación al autor, el tunero José Ángel Alonso, quien evoca feliz: “Me expresó: Eso es lo que hay que hacer, pero sin perder la esencia”.   
Imposible el silencio de una hermana de religión, otra hija de Santa Bárbara, la maestra jubilada Estrella Arcos Luque. “La amé -dijo- porque nunca olvidó su origen humilde a pesar de recorrer el mundo. Llevaba a Cuba muy adentro y respetó a Changó dondequiera que estuvo, nunca ocultó su devoción, cuando otros se la callaban”. Y cerró con un soberano: “Aché para Celina”.
Celina junto a su hijo Reutilio y músicos tuneros
La Jornada Cucalambeana tuvo en la dama que tan elegante se veía con sus vestidos de vuelos una fiel promotora. Para agradecerle su gesto y obra la cita le entregó los mayores lauros, entre ellos, la dedicatoria de la XXXVII convocatoria.
Algo así hizo la Asamblea Provincial del Poder Popular al concederle su máxima distinción, la Réplica del Machete de Vicente García. Era el 3 de julio del 2004 y Luis Morales Arma se encontraba al frente de la ceremonia. Minutos antes del comienzo le avisan que la artista estaba indispuesta, ya para entonces ella veía la vida desde una silla de ruedas. Había que decidir si empezar ono, porque no era la única homenajeada. Para el organizador jefe estaba todo muy claro, había que esperarla y así lo hizo.
El mismo día de la muerte, Ramón Batista, director de la Casa de la Décima, habló con los familiares. Quizás en ese minuto, como hoy, no le salía de la cabeza la frase que le escuchó decir en una de sus últimas entrevistas en la provincia: “No dejen morir a la Jornada Cucalambeana”.
Para cumplirle, nuevas generaciones se empinan, como lo demostró el cierre del conversatorio, de manos de Dalía Macallo, talentosa niña de los talleres de repentismo que supo alzar en su voz algunos de los hitos de la Reina.   
Las Tunas, sin dudas, la lleva muy profundo. Dicen que ha muerto, ¿será verdad? Dicen que era miércoles, justo a las 10:25 am, por la mañana, claro, para que el Sol se fuera con ella.


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