jueves, 6 de noviembre de 2014

La Fuente de Las Antillas quiere volver a la vida

en coautoría con Bárbara Carmenate Hernández (Crítica de Arte)


Preocupados andan los tuneros ante el estado deplorable que hoy muestra la Fuente de Las Antillas, obra escultórica más relevante de nuestra provincia, que ya forma parte de su identidad cultural y ha devenido símbolo de la localidad. Su creadora, Rita Longa Aróstegui (La Habana 1912-2000) fue una insigne creadora, cuya vasta carrera le confirió en 1995, el Premio Nacional de Artes Plásticas. 
La Fuente… está ubicada en una explanada entre dos importantes arterias viales, la avenida Vicente García y la calle Lucas Ortíz, muy próxima a las márgenes del río Hórmigo. Se integra armónicamente al paisaje circundante, presidiéndolo desde el punto de vista estético. 
Su inauguración oficial ocurrió el 24 de febrero de 1977. Ese acontecimiento abrió las puertas al III Encuentro Nacional de Escultores y al Movimiento de la manifestación en Las Tunas, un hecho cultural que ya cuenta con 37 años de existencia.
Esta creación de Rita representa la leyenda del Cacique Jaías y el surgimiento de Las Antillas contada por el cronista de Cristóbal Colón, Pedro de Anglería, a través de cuatro figuras humanas detenidas en difícil equilibrio que tratan de alcanzar la calabaza: símbolo del mito. La india taína, cuerpo femenino que yace sensual entre elementos marinos, simboliza la isla de Cuba.
Todas las piezas que componen el conjunto se sustentan por una armazón metálica que le sirve de estructura interna, recubierta con una mezcla compuesta de piedra artificial, arena rosada de Guamá y cemento.
Las propias características de los materiales utilizados, el inclemente paso del tiempo y el vandalismo de algunos moradores de la zona han propiciado que en la actualidad esta magnífica obra no exhiba su mejor apariencia, y en cambio, luzca tonos bien maltrechos. 
Para aminorar los estragos de su proceso de deterioro se han llevado a cabo varias acciones, pero ninguna consiguió cumplir las pretensiones a la postre, ni lograron satisfacer las expectativas colectivas de devolverle su lozanía. En estos momentos, finalmente, se ha determinado acometer una labor de restauración capital que pretende obtener el restablecimiento no solo del conjunto escultórico, sino también del área adyacente, en un segundo momento. 
En la noble misión intervendrán dos escultores tuneros con amplio dominio del oficio, Nóver Olano Escobar y Pedro Escobar Mora, quienes estarán acompañados por Reinaldo Rodríguez Jay, especialista en Conservación y Restauración de Materiales Pétreos de la Oficina del Historiador de La Habana. 
Las estrategias preliminares ya han sido trazadas, teniendo en cuenta criterios de cuidado del Patrimonio que actualmente se encuentran en vigor. Por su trascendencia futura, las damos a conocer: cercar el área de trabajo incluyendo una carpa para evitar los contactos solares directo y así garantizar el proceso de preservación. Comprobar el estado de mantenimiento de las tuberías de cobre a partir del bombeo del agua. 
Además: hacerle a la obra una limpieza general con detergente amoniacal. Retirar, con extremo cuidado hacia los talleres, las partes que se encuentran en sentido de desprendimiento para su limpieza, consolidación y devolución en forma de pegado con resina epóxica. Inyectar y sellar con esa resina en las fisuras, teniendo en cuenta la compatibilidad y el color del material original.
A estas se unen: sustituir las varillas de acero que se encuentren expuestas en mal estado por unas de acero inoxidable, aplicándole a todos los metales convertidor de óxido. Lograr que las nuevas restauraciones semejen la misma textura y color de la piedra, por el paso del tiempo. Proteger el conjunto escultórico con una veladura epóxica homogénea.
Confiemos que pronto estas tareas puedan concretarse para que la creación recobre, si no todo, al menos buena parte de su antiguo esplendor. Entonces los tuneros podremos continuar enorgulleciéndonos de tener aquí una de las mejores y más llamativas esculturas concebidas en Cuba. Pero para ello es IMPRESCINDIBLE también la toma de conciencia ciudadana, y de seguro, con el concurso de todos, rescataremos de las ruinas a nuestra Fuente de Las Antillas.

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