Casi nadie sabe que apenas pudieron ensayar, y aquel era un escenario
intimidante. Ellos tuvieron que violentar todos los pasos y saltar directo a la
valentía, la seguridad, la limpieza interpretativa y el acoplamiento.
Ambos
lo hicieron y están en la final del concurso Buscando la Voz Guajira,
organizado por la ANAP
y el Consejo Nacional de Casas de Cultura para celebrar los 55 años de la
organización campesina. Participan jóvenes (de 15 a 30 años) en géneros como
el son, la guaracha y la criolla.
El
programa Palmas y Cañas acoge la
lid. En la emisión del 10 de julio se presentaron los dos tuneros
seleccionados, y volverán en octubre, cuando suceda la jornada de despedida.
Dalía Macallo García y Daniel Pérez Sánchez conquistaron el cetro con el fuego que sale de sus gargantas.
LA CANTANTE
DEL BARRIO
La
pequeña que revoloteaba por la carnicería de la tienda La Voluntad, en esta
ciudad capital, donde aún trabaja su mamá, puso a una legión de vecinos a
comerse las uñas frente al televisor para verla competir. Se hizo una joven
bonita, amable y dispuesta para los estudios. Hoy tiene apenas 16 años, en
septiembre empezará onceno grado.
Cuando
estaba en la Primaria
la promotora cultural le vio condiciones y convenció a la abuela, una de sus
grandes aliadas, para que la llevara a la Casa Iberoamericana de la Décima. Nunca más se fue de
allí, es miembro como tonadista de la compañía La Monedita del Alma, y en
la actualidad también asiste a la casa de cultura Tomasa Varona.
Qué
le halla a la música campesina, algunos se preguntan al saber su edad. Ella
responde de manera sencilla: “Para mí es tan hermosa como las demás.
Quisiera ser como Celina González o María Victoria”.
El
día de la eliminatoria municipal de Buscando la
Voz Guajira tenía un compromiso en la escuela,
pero su instructora Zaily Batista insistió tanto que terminó solicitando
permiso para ir a probarse en la justa. Estar entre las ganadoras la llevó a la
cita provincial, y con igual resultado obtuvo el pasaporte para brillar ante
las cámaras del estelar televisivo. Interpretó Oye mi le, lo, ley, que popularizó la Reina de la Campiña.
“Minutos
antes de iniciar estaba muy nerviosa, me temblaban las manos. Cuando terminé recibí decenas de sms y al
volver mi abuela contó que su casa se inundó de gente para verme. En el barrio
(Nuevo Sosa) todo el mundo me felicita”.
Mi son es un misterio, de Ñico Saquito, es la composición que
Dalía entonará en la final. Demoró en encontrarla, pero ya está en lo que sabe
hacer muy bien: poniéndole su alma.
LA CONQUISTA DE DANIEL
De
22 años cumplidos, ostenta 15 de vida artística. Primero fue la danza, luego el
canto. La primera lo encaminó a la escuela de instructores de arte, el segundo
lo cambió de especialidad casi obligado por maestros y alumnos cuando escucharon
a Daniel entonar un hit de Alejandro
Fernández.
Temeroso
por las reglas que impedían profesionalizarse como creadores a los de su futuro
mundo laboral, marchó del plantel y se fue a cumplir ese, su tantas veces
imaginado deseo.
Los
dos calendarios del Servicio Militar le permitieron actuar en cuanto certamen y
festival de las FAR hubo, y en muy pocos dejó de triunfar. Su repertorio creció
en géneros, estilos y autores.
La
Categoría
Nacional
del movimiento de artistas aficionados la obtuvo hace tres abriles. Es el comunicador
de la casa de cultura de Bartle, los fines de semana integra el elenco del cabaré
Taíno y en su localidad resulta nombre recurrente en la programación.
Una
amigdalitis casi el impide audicionarse en el concurso de base de Buscando…, pero
los colegas de trabajo le insistieron sobremanera. El esfuerzo no terminó en
desilusión. En Palmas y Cañas regaló
al público Pedacito de mi vida, de Sergio Siaba.
“Como
apenas ensayamos, cuando el grupo dio la entrada yo empecé, dijeron que me
seguirían y así pasó. Fue un momento tenso y los mismos músicos elogiaron el
valor que tuve”.
En
octubre cantará la guaracha Compositor
confundido de Faustino Oramas, cuyo ritmo le impone el desafío de
trascender fronteras poco exploradas. “No es lo que mejor se me da, pero sabré
cómo hacerla mía”. Y debemos creerle porque hasta ahora a Daniel nada lo ha
detenido en su carrera hacia la profesionalización, que no ha llegado, pero ya
lo hará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario