viernes, 16 de octubre de 2015

Advertencia para Mandy

Amigo, ya nada será igual, lo sabes ¿no? No pensarás, actuarás, ni escribirás igual. Dicen que es como crecer de pronto y lo que antes veías como un riesgo inofensivo, ahora te parecerá la tercera Guerra Mundial.
Dicen que ya no hay noches tranquilas, ni ojeras de paso. Que sobran las dudas, los miedos, las incertidumbres, y faltan sin remedio las certezas.
Que uno sueña con dárselo todo, desde un caramelo hasta la luna, pero te debates en hacerlo o no, porque complacerlo en demasía puede llevarte a torcerle demasiado el rumbo, y convertirlo en alguien mezquino. ¿Qué raro verdad? Si al final los humanos siempre añoramos ser queridos por otros, complacidos por otros. Pero es cierto lo que dicen, no dejes de hacerle caso a esa tesis de la vida, publicada en el libro de la experiencia hace mucho, mucho tiempo.
Ha nacido José Adrián, y hay algo que él no puede saber aún: su papá ya es otro. No solo por ahora andar entre pañales (sucios, muy sucios) y biberones, sino porque dicen que tener un hijo es la ruptura más hermosa de la existencia, el “antes y después” esencial, un rayo en el pecho, un corazón a galope; la gloria, eso, la gloria más natural y a la vez, más increíble.

lunes, 12 de octubre de 2015

Jóvenes asaltan la vitrina del danzón

Que en Las Tunas exista una orquesta con un promedio de edad de 25 años, interesada en preservar algunos de los más tradicionales ritmos cubanos, especialmente el danzón, es una victoria aún no entendida ni alentada aquí lo suficiente.
El 2013 vio a Danzonera estrenarse frente a los participantes en el X Festival de Música Popular Barbarito Diez. Esta reportera estaba allí y fue testigo de la apoteosis del auditorio al constatar la osadía de los bisoños instrumentistas, que rompían esquemas y hacían polvo la condena a muerte del cielo donde reinara Barbarito Diez.  
Todos son egresados de la Enseñanza Artística y profesores en la escuela vocacional El Cucalambé, al frente de ellos, una dama inquieta y emprendedora, Ana Irma Pérez Perelló, graduada de Dirección Coral.
“Nos unimos para perpetuar el género, para sumar a su gusto a las nuevas generaciones, para que durante todo el año se escuche y baile danzón, y no haya que esperar a diciembre al Festival. Soñamos con que más artistas apoyen la  idea y podamos colaborar entre todos”, dijo a la prensa justo el día de la fundación.
Al Sol de hoy han escaseado los espacios y la sensibilidad de otros para promover su propuesta. De hecho, el grupo solo tiene una invitación fija, el primer jueves de cada mes frente a las columnas de la Plaza Cultural, a pesar de que la Uneac ha apoyado este nacimiento.

jueves, 8 de octubre de 2015

Palabra dada y… ¿leída?




Compromiso, vocablo que merece respeto. No podemos empeñar en vano nuestra palabra. Bueno, por lo menos eso fue lo que a mí me enseñaron desde niña.
Debemos ser muy cuidadosos con lo que prometemos. Es repudiable decir que sí solo por salir del paso y quitarnos momentáneamente de arriba el problema. Y digo momentáneamente, porque ese fantasma vuelve más tarde o más temprano y te pone sin misericordia ante tu falta de carácter.
Algo así está sintiendo el universo cultural tunero por la no publicación en tiempo de los textos ganadores del Concurso Cucalambé en Décima Escrita. Lo sucedido en este caso no es culpa de un juramento sin respaldo, hecho al libre albedrío, pues se trata de una lid que desde la década del 90 del pasado siglo ofreció como parte del lauro, la salida a la luz de los cuadernos premiados.
Aquí, el dilema tiene que ver más, a mi entender, con que los responsables del certamen: la dirección de Cultura en el territorio, la Casa Iberoamericana de la Décima y el Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL), no se han unido lo suficiente en la lucha por sacar a flote los títulos. Y “bien” estaremos, como estamos, si dejamos el cumplimiento en las manos de los recursos que deben llegarle por la nación al CPLL. Provisiones que, pasado medio año, pueden perfectamente brillar por su ausencia debido a distintas causas.
Los lunares más estridentes respecto al tema en cuestión se evidenciaron a partir del 2013, cuando la joven Liliana Rodríguez mereció el “Cucalambé” y su obra Crepusculares solo ahora en el 2015 estará con amplitud entre los lectores. Problemas de diseño limitaron la tirada inicial y después la rueda de las carencias hizo de las suyas.