viernes, 5 de mayo de 2017

¡Vamos a AvivArte!


Qué somos sino átomos dispersos, necesitados de conectar con el otro. Al hacerlo, bien se ha visto, aparece la maravilla. El reparto La Victoria, en esta ciudad capital, desde hace 12 meses acoge una aventura que busca ese encuentro.
El sueño, aunque apenas comienza, le llegó el 30 de abril del 2016, cuando nació el proyecto comunitario AvivArte y plantó la idea de elevar la calidad de vida de los que residen por aquellos lares. En primera fila, dos aliados, el arte y la Educación Popular.
Desde que Annia Salgado Peña, amante de la música, y Eddy Reyes Uliver, hombre de la plástica, colaboraron con la experiencia sociocultural Callejón de la Ceiba, imaginaron algo así para su barrio, allá, en la calle 49. Y de tanto idearlo, sucedió. Hoy, su casa, la número 28, cada tarde de sábado se convierte en laboratorio de creación de la zona.
Si acudimos a la cita, no sabremos qué escoger. Nos gustará acompañar a la infante que monta un nuevo tema, o a los pequeños que modelan el barro, aprenden algunos trazos del rostro humano en las clases de dibujo o se deciden por tocar piano y flauta.

Los deseos de la ubicuidad no se irán muy lejos cuando veamos el joven que lee sus versos o el grupo de los más veteranos, autollamados Los Almendrones, dialogando sobre la familia y cómo ayudar con los nietos adolescentes, para luego ponerse al día en las manualidades. 

Todos aquí tienen voz, todos son aceptados en los diversos talleres, y al llegar te parece que visitas el mejor patio del mundo, entre sombras de carpas, pinceles, risas y gente que dice: Bienvenida.
VOCES
Dignora Gutiérrez Gutiérrez ha vivido desde siempre en La Victoria y nunca había presenciado un movimiento cultural semejante, con tanta oportunidad de desarrollar y compartir las potencialidades individuales.

“Ha sido una iniciativa importante para el recreo de los niños, y me agrada cómo los mayores podemos aportar constantemente nuestra sabiduría. En este proyecto se reparte mucho amor”.
Las historias se llueven. Dayanis Lorena Zaldívar Pérez trae la suya. Solo tiene 8 años y en AvivArte “ha aumentado mi repertorio musical. De las más recientes canciones que agregué está Salva al mundo. Aquí nos divertimos porque hacemos cosas diferentes”.
A la vivencia de ella sumamos la de Lester Fernández Ballester, que en una de las tardes sabatinas hizo la primera lectura pública de su quehacer literario; o la de Mariela Vázquez de la Cruz, la joven del Hogar de Niños sin Amparo Familiar, siempre enamorada de la pintura y solo ahora halla el camino para expresarse desde ahí y en manifestaciones distintas.
La profesora Yolanda Peña lo asume como otra manera de educar. Su gran experiencia docente le permite visualizar un inmenso potencial para crear espacios educativos no formales, que aboguen por el buen uso del tiempo libre y alimenten la mentalidad de emprendimiento y de trabajo en equipo.
AvivArte es un miembro más de la familia Salgado Peña. Su hija Annia lo trajo al mundo y cómo no abrazarlo.
POR DENTRO
No faltan los colaboradores, además de un grupo gestor bien unido. Instituciones como la Casa Iberoamericana de la Décima, la Biblioteca Provincial, la Dirección de Educación en el territorio, la Asociación de Pedagogos de Cuba, la casa de cultura Tomasa Varona y la Red de Educadores Populares mantienen lazos muy fuertes allí. 
El proyecto piensa en la sostenibilidad y por eso habla de emprendimiento, de alianza; estuvo en Pedagogía 2017 y para abrirse camino concursa en uno de los certámenes del Centro de Intercambio Referencia-Iniciativa Comunitaria (Cieric).  

Justamente, la Oficina Regional de esa entidad, y la Comisión Permanente de Trabajo Comunitario de la Uneac, lo reconocieron en su primer cumpleaños por su avance y los aportes a la sociedad. 
“Hacía falta un espacio así en nuestro entorno, para que las personas pudieran mostrar su talento y ser ellas mismas emisoras de cultura e identidad. Nos sentimos comprometidos con transformar la realidad. Eso nos inspira”, dice Annia.
Eddy amplía: “El propósito es llevar el arte al alcance de todos. Esperamos que AvivArte dé frutos, se multiplique en semillas, y nazcan otras experiencias como estas, para rescatar valores”.

Siempre hay un arte y un después es el lema que se han inventado, y en busca del mejor “después” redescubren, cuidan detalles, trazan nuevas metas, quieren de cualquier mancha amarilla, hacer un Sol. 




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