Días de suerte, instantes únicos,
ocasiones para dejarlas bien custodiadas en los brazos de la memoria. Así
llevan consigo los hijos de la provincia de Las Tunas, las veces estuvo aquí, en el terruño, su Fidel, el
hombre que imaginaron y vieron cercano, atento a los detalles y presto a hacer
la más increíble pregunta. “Yo hablé con él”, dirá alguien. “Yo salí de casa
corriendo para estar bien próxima. Hasta le toqué la mano”, recordará otra
persona. Anécdotas que viajan en los encuentros mejores de cada uno de esos dichosos.sábado, 13 de agosto de 2016
Postales de un hombre señor del tiempo
Días de suerte, instantes únicos,
ocasiones para dejarlas bien custodiadas en los brazos de la memoria. Así
llevan consigo los hijos de la provincia de Las Tunas, las veces estuvo aquí, en el terruño, su Fidel, el
hombre que imaginaron y vieron cercano, atento a los detalles y presto a hacer
la más increíble pregunta. “Yo hablé con él”, dirá alguien. “Yo salí de casa
corriendo para estar bien próxima. Hasta le toqué la mano”, recordará otra
persona. Anécdotas que viajan en los encuentros mejores de cada uno de esos dichosos.
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