Teatro Tuyo danza su vals

De Teatro Tuyo resulta fácil hablar. Y no entendamos por fácil, simple. La emotividad, frescura, buen gusto y constante sentido de búsqueda de sus actuaciones no dejan espacio a las dudas o los silencios. Este colectivo es mucho corazón como para permitirnos rodeos. En su andar no ha creído en imposibles o el cartelito de "grupo de provincia". Desde aquí, sin mucho ruido y bastantes nueces, ha reverdecido la tradición del clown en la Isla.

Su público ya lo entiende: todos llevamos un payaso dentro, pero eso no indica que cualquiera lo puede interpretar. El asunto es más serio que vestir traje de colores, nariz roja y hacer piruetas. Hablamos de un arte.

El miércoles 15 de enero del 2014, en total coincidencia con el día del mes, esta agrupación cumplió tres lustros de existencia. Una mañana de agradecimientos a instituciones y personas que le han alentado abrió el año de celebraciones,  en el cual pretende, entre otras ideas, reponer obras importantes de su repertorio y materializar una gira por Las Tunas y el país.

Dos payasos en peligro, puesta en la que por primera vez el elenco se aventuró con estos personajes a narrar una historia, desarrollar un conflicto, inaugurará el repaso escénico. Desde la luneta podremos reencontrarnos también con Parque de sueños, verdadero salto creativo que tuvo en el uso del lenguaje extraverbal su joya más rara y preciosa; momento a partir del cual la nación no pudo evitar abrirles los brazos de la palestra pública y dejar aestos actores vencer inobjetablemente en el Festival de Camagüey (2006).

El grupo llega a sus 15 primaveras como cualquier adolescente, lozano y con la vida por delante. No siempre fue lo que es hoy. En otra época se llamó proyecto Piñata, experimentó distintas corrientes y apenas podía sospechar que el clown se convertiría en su estrella polar de manera tan completa.

La incansable travesía le ha obsequiado una vitrina de lauros. Pero eso es solo la señalización de un camino correcto, exitoso; no la cima definitiva, porque tal altura desaparece si dialoga la creación. Cada obra es un nuevo comenzar.

Por suerte Ernesto Parra, su director, lo comprende así. Ni a él ni a sus muchachos se les subió los humos a la cabeza cuando Narices,al delatar su madurez artística, les dio en el 2012 uno de los mayores lauros que ha recibido las tablas del territorio, el premio Villanueva de la crítica. Ni tampoco pasó recientemente al merecer de manos de Gris, el lauro Aire Frío de la Asociación Hermanos Saíz, dispuesto para lo mejor presentado en el país por sus miembros.

Cuando estrenaron el año pasado esa obra de fuerte sentido medioambiental  y con un montaje minimalista, sus hacedores consideraron que aún debía crecer más. En febrero próximo la retomarán en el cine-teatro 28 de Septiembre y será apreciada durante todo el mes. 

Un almanaque completo tiene Teatro Tuyo para bailar su vals de quinceañero. En cada compás respirarán sus seguidores. Somos cientos quienes le agradecemos habernos hecho sentir parte del tú o el yo, que al final es un nosotros de brazos largos. Somos cientos quienes le elogiamos su constancia, laboriosidad, disciplina, la atención a las noveles hornadas de histriones y el respeto a ese plural que alienta desde su propio nombre.

Vendrán nuevas guirnaldas sin dudas, tras las cuales, como siempre, estará otra cosecha de nuestros asombros y más nobles emociones.