Las vacaciones, tiempo loco… mi periódico 26 lo sabe. ¡Y cómo lo sabe! Desde la
misma presentación de julio sus pasillos han dejado de ser simples y formales
rutas de acceso, para convertirse, sin movimiento constructivo de por medio, en
un salón de baile, un taller de la plástica, una pista de carrera o una esquina
caliente donde se discute cuál muñequito está en el “one” del hit parade.
La pandilla volvió, la misma que monta
campamento aquí en semana de receso, mientras cierto reglamento contrario a su
presencia se hace el sueco, porque es lo menos que puede hacer en temporada
estival. Casi siempre vienen con mamá, como apunta la práctica social, pero al
parecer la peculiar hueste está luchando por la igualdad de género, y llega también
de mano de abuelo y papá.