viernes, 15 de septiembre de 2017

Tiempo de ciclones


Esa expresión que tanto nos place decir: “Sin pérdidas de vidas humanas”, Irma se la llevó en su viento furibundo, al que le hicieron el juego la indolencia, la indisciplina social y la fatalidad. Y no digo la consabida situación del fondo habitacional, porque sería casi injusto mencionarlo ante las múltiples posibilidades de evacuación que siempre abre la Defensa Civil y cientos de hogares solidarios.

Nadie murió en Las Tunas, pero en otras provincias sí. Duele igual, sobre todo al imaginar lo fácil que hubiera sido evitar tamaña desgracia. Nadie murió en Las Tunas, pero perfectamente pudo haber sucedido, porque en plena “ventolera” no fue raro sentir a varios desandando las calles, olvidando que a esa hora cualquier elemento se puede convertir en proyectil.