jueves, 27 de marzo de 2014

Las ilusiones de una ilusionista

Dice que la magia la descubrió a ella y no viceversa. Desde pequeña le gustó,  pero ni en sus delirios más acabados de la niñez se imaginó sobre un escenario haciendo trucos. Era muy tímida, “aún lo soy”, aclara.
De adolescente empezó como bailarina. Tiempo después una prima le contó que en la compañía Huracán Mágico necesitaban una asistente. José Reynerio Valdivia Valdivia, el mago Píter, la recibió y ella nunca más quiso irse a otro lugar.
Luego pasó lo que se veía venir, muy pronto intentó realizar sus propias rutinas y no hubo marcha atrás. La niña timorata subiría al proscenio a encantar al público. Yanisbel Téllez Mulet, miembro de la UNEAC y con casi 16 años de quehacer, es hoy una de las integrantes más laureadas del destacado elenco local. Venezuela también sabe de su sensibilidad.
Premios en el festival Ánfora en categorías como magia general, cómica; pequeñas ilusiones y la actuación femenina enaltecen su palmarés. De esas glorias habla con regocijo, pero sin vanidad. Sus ojos brillan más si le preguntan por la escuela regional de la manifestación que se espera abra aquí en septiembre próximo. Tiene mucha esperanza puesta en ese proyecto.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Mis 30

Con mi hermano
Debo escribir sobre la XXIII Feria Internacional del Libro, en el Periódico esperan por mí. Pero son otros los “cuchicheos” que me trae la inspiración. No quiero escribir de una Feria paliducha y enclenque; no quiero, pero debo, y aún así, son otros los delirios en los que me sumerjo.
8 de Marzo de 2013. Cumplí 30 años. A riesgo de parecer demasiado común, confieso: no me lo creo, esa edad no vive en mí. Extraño la época en que me alcanzaban los dedos de las manos (y los de los pies) para decir mi tiempo en el reino de este mundo. La extraño.
Dándole cariño a mi papá
Ahora un almanaque dice otra cosa. Y mi vecina me lo recuerda: “Zuci, ¿hasta cuándo? Es hora de casarse, de tener hijos.” Llego al trabajo y aquí tampoco me dejan olvidar: “Arriba, qué estás esperando.”
Y sí, hubiera querido que mi andar al Sol de hoy hubiera sido diferente. Tener ya a quien nombrar esposo, compañero; tener ya a quien nombrar hijo, hija. Pero como casi siempre sucede, no todo ha salido como esperé. La vida a veces me traicionó, a veces me sorprendió; a veces no me dejó claro sus intenciones y en otras fue demasiado explícita.
Sin embargo, no veo derrotas por ningún lado, mientras gané o perdí tiempo, como quiera verse, llegaron mejores oportunidades, definitivamente mejores, y me hicieron mirar más allá de lo previsto en mis sueños inaugurales, y me forjaron en un ser más acabado y sensible.
Pero eso a mi vecina no le convence. Ella no entiende que además de madre y esposa en potencia (qué raro suena eso), soy hija, hermana, amiga, periodista, y en cada uno de esos universos tengo mis guirnaldas. Como sé que no entiende, yo solo la alejo con: “Pronto, pronto.”
Sin los amigos no se puede llegar a puerto seguro
30 años. Llegaron muy rápido. No los rechazo. No los esconderé, pero llegaron muy rápido. Vinieron a subirle la fiebre a la presión social que hace un tiempo me acecha, me descubre y casi condena.
Aunque mirando a mi vida actual quizás, y digo quizás para no “creerme cosa”, no demore mucho que vaya y le toque a la puerta a mi vecina (antes que a mi mamá): “Lucy, aquí te presento a mi novio. En unos días te confirmo si estoy embarazada.”